Estados Unidos es unos de los principales mercados en el mundo en términos de volumen de gastos relacionados a los viajes y el turismo. Los norteamericanos son grandes consumidores de productos turísticos, consumiendo US$ 118 mil millones anuales en este tipo de gastos en el extranjero según la Organización Mundial de Turismo.
El mercado de los EEUU es el segundo en el mundo en términos de turismo emisor. Más de 40 millones de estadounidenses viajan al extranjero y realizan 63.5 millones de los viajes.
La firma consultora de viajes y turismo Tourism Intelligence International ha dado a conocer un nuevo reporte titulado “How Americans Will Travel 2015”, en el cual vaticina que las llegadas provenientes de los Estados Unidos a destinos internacionales registrará una recuperación luego de la recesión económica global.
Las llegadas de pasajeros procedentes de los Estados Unidos a destinos intercontinentales de largo recorrido alcanzará los 33 millones para el 2015, en comparación a los 31 millones del año 2008. Esto representa una tasa absoluta de crecimiento de 7.5% entre los años 2008 y 2015.
La región más prometedora en cuanto se refiere al crecimiento de viajes de turismo emisivo es sin dudas Centroamérica. La zona aumentó sus indices un 145% entre los años 1996 y 2008, es decir experimento una tasa de crecimiento anual de 7.8%.
“How Americans Will Travel 2015” expone un cambio radical en el mercado de turismo norteamericano y reclama que los destinos no pueden seguir siendo competitivos en una oferta basada en los atributos naturales de sol y playa por si solos. Los viajeros de América del Norte cada vez más adquieren paquetes vacacionales con “sentido y sensibilidad”, que fomenten su superación personal.
Los norteamericanos buscan el mejor valor por su dinero y a la vez un santuario para los sentidos. Cultura y contenido tendrán que incluirse a los productos de viajes y turismo para poder permanecer competitivos.
Esto tiene importante implicaciones para aquellos destinos que estén buscando atraer viajeros norteamericanos, como es el caso del Caribe, donde casi dos tercios (63.4%) de todas las llegadas son de América del Norte y Europa, que atrae el 41% de viajeros de este continente.
Para los norteamericanos, tomar parte en actividades de índole cultural mientras se está de vacaciones está ganando importancia. Más de la mitad (51%) de los 40 millones de pasajeros norteamericanos viajando al extranjero visita lugares históricos; casi un tercio (32%) conoce sitios del patrimonio cultural; y un cuarto (25%) acude a galerías de arte o museos.
Definitivamente, el interés del turista norteamericano de empaparse de la cultura de un destino va en aumento, y no sólo les interesa asistir a eventos de mayor envergadura.
Los estadounidenses realmente se interesan por los eventos locales pequeños, tales como la Fiesta del Tomate en Buñol, España; espectáculos musicales y teatrales en Londres; museos y monumentos en Berlin, Alemania; la lucha y el teatro callejero en Turquía; bistros; cafés con mesas en las aceras; ferias callejeras; entre otros.
Absolutamente, la demanda va en aumento para los eventos culturales en comunidades locales en donde los visitantes participan y se integran con la gente del pueblo. Los destinos tendrán que enfocarse más en apoyar y promocionar los eventos locales a nivel comunitario para atraer a la “clase creativa” de viajeros estadounidenses.
Asimismo, el estilo de vida diverso e individualista de la “clase creativa” implica la participación activa y actividades experimentales que son multidimensionales. Añoran actividades que apelan a su sentido de estatus y autodesarrollo a la vez.
La proximidad de América Central y el Caribe a los Estados Unidos, las diferencias culturales e idiomáticas y la creciente preocupación por el medio ambiente supone un buen augurio para los viajes desde Norteamérica a la región. Uno de los destinos más populares es sin dudas Costa Rica, que se estima recibirá a millones de norteamericanos en los próximos años debido a su oferta eco turística.
Para ganar en el cambiante mercado norteamericano y obtener mayores cuotas de mercado, los destinos turísticos deberán mirar más allá de las cifras y estudiar los cambios fundamentales de desarrollo y psicográficos ocurriendo entre los norteamericanos, en particular el ascenso de la “clase creativa”.
Es fundamental que los destinos muevan su enfoque hacia los aspectos de la “cultura y el contenido” presente en sus ofertas vacacionales.