Diálogo de la película «Tom Raider: La Cuna de la Vida»:
– Lara Croft: ¿Conoce usted como llegar a Santorini?
– Marinero: ¿Santorini…? No recuerdo… ¿En qué película aparece?
Comprar en la frutería donde ella frecuentaba, ir a la cafetería donde trabajo y recorrer las calles de cálidos tonos de anaranjados con «Amelie», explorar exuberantes paisajes y tomar el sol en playas paradisíacas e inhóspitas de las sagas «Piratas del Caribe», descubrir la colonial y literaria ciudad en la que se desarrolla la romántica historia de «El amor en los tiempos del cólera». Reflexionar sobre el rumbo vital que debes tomar y emprender un viaje por Italia a conocer su gastronomía, experimentar el poder la oración en la India, y terminar en la exótica isla de Bali en «Come, reza, ama».
Todos hemos conocidos sitios mágicos, nos hemos emocionado con sus historias y hemos soñado con poder conocer algún día esos lugares o trasladarnos allí instantáneamente.
Porque viajar es soñar con aventuras, es aprender a valorar la diversidad, es abrirnos a nuevos sabores, colores y sensaciones diferentes. Una película nos da una sensación más vívida y auténtica sobre un lugar que nuestros propios recuerdos.
El cine es uno de los grandes difusores visuales del logro de la recuperación y puesta en valor del patrimonio, tiene un vínculo decisivo para su reconocimiento masivo y de los medios de comunicación ya sea natural, cultural, bibliográfico e histórico. Su utilización adecuada es esencial para la iconización de un destino y la obtención de un posicionamiento deseado en el aspecto turístico.
El turismo impulsado por la presentación de contenidos fílmicos se ha alimentado del movimiento, constante cambio de espacios a la hora de explotar la creatividad, la evocación de sensaciones a través de colores, la gastronomía y los paisajes.
Trae como consecuencia el reconocimiento de monumentos emblemáticos y su adoración por el público, la huida a la búsqueda de lo desconocido y por ultimo revelar en un mismo plano ocio, experiencia y sensaciones nuevas y únicas.
El cine busca la permanencia a través de la imagen asociada al recurso. Los destinos se convierten en iconos internacionales asociados a sensaciones y no solo a lugares que permiten tematizar personajes, lugares e ideas.
Es tanta la influencia del cine en el turismo que se han creado rutas basadas en celebre filmes, es uno de los productos y estrategia tangibles del turismo cinematográfico, con el objetivo de que las personas vuelvan a vivir en persona las emociones con las que fueron impactadas al ver la película.
Actualmente con el resurgimiento del cine en el país, debería integrarse esta estrategia al sector cinematográfico con el fin de proyectar la imagen de nuestro país, un cine con identidad dominicana en los diferentes festivales en los cuales son presentadas nuestras películas para ir sumando a nuestra capacidad competitiva a nivel internacional.
Mientras esto ocurre nosotros seguiremos viajando y soñando desde la comodidad del sofá y elegir en el momento que nos toque un destino que nos haga estallar todas esas emociones que tuvimos al verla, espero sean más.